29th of Last Seed - Agosto, 3E433
Conciencia de paladín, alma de guerrero, inteligencia de mago pero de corazón negro como la noche. Aún después de tantos años todavía recuerdo la descripción que hizo mi maestro al ingresarme en La Orden.
-No serán tus atributos los que te definan, serán los defectos de tu corazón. Maldito viejo, cuanta razón tenía, él había muerto hace unos cuantos años y yo seguía metida en problemas ajenos.
Al regresar a mi habitación con la conciencia intranquila debido al nigromante me tope con Thoronir, el "problema" de los comerciantes, al verlo escabullirse por las sombras decidí seguirlo y resolver de una vez por todas el misterio. Pero me adelanto a mi misma.
Jensine, una comerciante local me pidió ayuda en nombre de su gremio para investigar a Thoronir, al parecer sus precios eran tan bajos que amenzaban con sacar a varios del negocio y sospechaban algo ilicito, como ya explique algo vieron en mi que decidieron pedir mi ayuda para investigar por ellos. En un principio pense en rehuzarme, comprar lo que necesitaba en la tienda de Thoronir y de paso felicitarlo por su ingenio, la suerte de malos comerciantes no me importaba pero despues de meditarlo un poco decidi aceptar la oferta. Despues de todo si ellos conseguian ponerle un alto a Thoronir yo me quedaria sin proveedor y en mala posición con los demas comerciantes. Beneficio mutuo, nada mejor como base para un buen trato.
Seguir a Thoronir rindio sus frutos, me llevo hasta una reunion secreta con el aparente lider de la operacion y por la conversación que alcanze a escuchar era obvio que Thoronir trabaja bajo amenaza. Segui al lider hasta una vivienda en el distrito de la Plaza de Talos y despues me retire a mi habitación en la Posada del Mercader. El sueño y el cansancio me vencian y no habia nada más que pudiera hacer esa noche.
Al inicio de este día decidi averiguar sobre el dueño de la vivienda, la gente lo conocia solo por Agarmir pero nadie sabia nada de él, raramente lo veian durante el día y pasaba la mayor parte del tiempo encerrado. Pensando que podría hacer lo vi salir de la casa, sí, era arriesgado pero al parecer sería mi unica oportunidad de obtener algo de información útil por lo que en cuanto se alejo lo suficiente irrumpi en la casa. Abrir cerraduras es un arte que no se olvida, y yo había aprendido muy bien mis lecciones.
Todo parecia salir de maravilla, en el sotano encontre un libro detallando el origen de la mercancia, Agarmir estaba robando las tumbas de la ciudad y usaba la tienda de Thoronir para vender lo que obtenia. Me guarde el libro sabiendo que notaria su ausencia pero no tenia más opción si queria algun tipo de prueba que mostrar a Jensine. Deje todo lo demás en orden y me dispuse a abandonar la casa, cual seria mi sorpresa al encontrarme cara a cara con un guardia de la ciudad esperando mi salida.
Matarlo estaba fuera de discución, demasiada gente a los alrededores y huir haría mas difcil mis movimientos en la ciudad. No me quedo más remedio. Saque una botella de cerveza y brinde por el guardia.
Volvía a donde habia empezado, la prisión imperial se alzo ante mi vista, menos de una semana y estaba de regreso. Mi cuerpo temblaba sin poder evitarlo y los guardias pensaban que eran los efectos del alcohol lo que me sucedia. Al abrirse las puertas de la prisión era tal mi panico que no escuche lo que me decian, tuvieron que repetirmelo para que mi mente por fin lo comprendiera.
-Paga tu multa y largate a dormir la borrachera a otro lado, aqui no alimentamos vagos.
Mi felicidad era tal que casi beso al tipo que recolectaba el oro de mi bolsa, por los dioses, si parecia que La Dama se habia puesto de mi lado. Junte mis posesiones, incluido el libro que habia sustraido y por alguna razón no fui a delatar a Thoronir con Jensine, eso me abría ahorrado los problemas que siguieron pero parece ser que nunca aprendo.
Despues de confrontar a Thoronir con el libro accedio a ayudarme a detener a Agarmir, se reunirian esta misma noche y me dio las indicaciones. Sin extrañarme espere al anochecer para dirijirme a una catacumba en el cementerio de la ciudad. No sabre mantenerme alejada de los problemas pero si se reconocer una trampa y está lo erá. Agarmir habia descubierto el robo del libro y me esperaba junto con otro sujeto, su intención por esta vez no era sacar nada de la tumba sino agregar algo más en ella, mi cadaver.

Se que no estoy en posición de desafiar al Nigromante del Vilverin, pero aunque Agarmir y su aliado trataron de dar pelea no supieron contra que clase de enemigo se enfrentaban. Su muerte me dejo sin remordimientos, el castigo por robar tumbas es la muerte por lo que por esta vez me sentia satisfecha de haber hecho justicia. No me importo que La Orden hubiera estado feliz del resultado, está vez lo hice por mi misma y no por seguir sus instrucciones.
Es demasiado tarde para acudir con Jensine o Thoronir a dar explicaciones, así que hice lo más indicado, despoje a los cuerpos de todas sus posesiones, los deje enterrados en la tumba que me habian preparado y me regrese a la Posada del Mercader. Espero que por está vez el alcohol me ayude a olvidar a mis fantasmas. El tabernero al menos quedo féliz cuando pague mi cuenta.
Conciencia de paladín, alma de guerrero, inteligencia de mago pero de corazón negro como la noche. Aún después de tantos años todavía recuerdo la descripción que hizo mi maestro al ingresarme en La Orden.
-No serán tus atributos los que te definan, serán los defectos de tu corazón. Maldito viejo, cuanta razón tenía, él había muerto hace unos cuantos años y yo seguía metida en problemas ajenos.
Al regresar a mi habitación con la conciencia intranquila debido al nigromante me tope con Thoronir, el "problema" de los comerciantes, al verlo escabullirse por las sombras decidí seguirlo y resolver de una vez por todas el misterio. Pero me adelanto a mi misma.
Jensine, una comerciante local me pidió ayuda en nombre de su gremio para investigar a Thoronir, al parecer sus precios eran tan bajos que amenzaban con sacar a varios del negocio y sospechaban algo ilicito, como ya explique algo vieron en mi que decidieron pedir mi ayuda para investigar por ellos. En un principio pense en rehuzarme, comprar lo que necesitaba en la tienda de Thoronir y de paso felicitarlo por su ingenio, la suerte de malos comerciantes no me importaba pero despues de meditarlo un poco decidi aceptar la oferta. Despues de todo si ellos conseguian ponerle un alto a Thoronir yo me quedaria sin proveedor y en mala posición con los demas comerciantes. Beneficio mutuo, nada mejor como base para un buen trato.
Seguir a Thoronir rindio sus frutos, me llevo hasta una reunion secreta con el aparente lider de la operacion y por la conversación que alcanze a escuchar era obvio que Thoronir trabaja bajo amenaza. Segui al lider hasta una vivienda en el distrito de la Plaza de Talos y despues me retire a mi habitación en la Posada del Mercader. El sueño y el cansancio me vencian y no habia nada más que pudiera hacer esa noche.
Al inicio de este día decidi averiguar sobre el dueño de la vivienda, la gente lo conocia solo por Agarmir pero nadie sabia nada de él, raramente lo veian durante el día y pasaba la mayor parte del tiempo encerrado. Pensando que podría hacer lo vi salir de la casa, sí, era arriesgado pero al parecer sería mi unica oportunidad de obtener algo de información útil por lo que en cuanto se alejo lo suficiente irrumpi en la casa. Abrir cerraduras es un arte que no se olvida, y yo había aprendido muy bien mis lecciones.
Todo parecia salir de maravilla, en el sotano encontre un libro detallando el origen de la mercancia, Agarmir estaba robando las tumbas de la ciudad y usaba la tienda de Thoronir para vender lo que obtenia. Me guarde el libro sabiendo que notaria su ausencia pero no tenia más opción si queria algun tipo de prueba que mostrar a Jensine. Deje todo lo demás en orden y me dispuse a abandonar la casa, cual seria mi sorpresa al encontrarme cara a cara con un guardia de la ciudad esperando mi salida.
Matarlo estaba fuera de discución, demasiada gente a los alrededores y huir haría mas difcil mis movimientos en la ciudad. No me quedo más remedio. Saque una botella de cerveza y brinde por el guardia.
Volvía a donde habia empezado, la prisión imperial se alzo ante mi vista, menos de una semana y estaba de regreso. Mi cuerpo temblaba sin poder evitarlo y los guardias pensaban que eran los efectos del alcohol lo que me sucedia. Al abrirse las puertas de la prisión era tal mi panico que no escuche lo que me decian, tuvieron que repetirmelo para que mi mente por fin lo comprendiera.
-Paga tu multa y largate a dormir la borrachera a otro lado, aqui no alimentamos vagos.
Mi felicidad era tal que casi beso al tipo que recolectaba el oro de mi bolsa, por los dioses, si parecia que La Dama se habia puesto de mi lado. Junte mis posesiones, incluido el libro que habia sustraido y por alguna razón no fui a delatar a Thoronir con Jensine, eso me abría ahorrado los problemas que siguieron pero parece ser que nunca aprendo.
Despues de confrontar a Thoronir con el libro accedio a ayudarme a detener a Agarmir, se reunirian esta misma noche y me dio las indicaciones. Sin extrañarme espere al anochecer para dirijirme a una catacumba en el cementerio de la ciudad. No sabre mantenerme alejada de los problemas pero si se reconocer una trampa y está lo erá. Agarmir habia descubierto el robo del libro y me esperaba junto con otro sujeto, su intención por esta vez no era sacar nada de la tumba sino agregar algo más en ella, mi cadaver.

Se que no estoy en posición de desafiar al Nigromante del Vilverin, pero aunque Agarmir y su aliado trataron de dar pelea no supieron contra que clase de enemigo se enfrentaban. Su muerte me dejo sin remordimientos, el castigo por robar tumbas es la muerte por lo que por esta vez me sentia satisfecha de haber hecho justicia. No me importo que La Orden hubiera estado feliz del resultado, está vez lo hice por mi misma y no por seguir sus instrucciones.
Es demasiado tarde para acudir con Jensine o Thoronir a dar explicaciones, así que hice lo más indicado, despoje a los cuerpos de todas sus posesiones, los deje enterrados en la tumba que me habian preparado y me regrese a la Posada del Mercader. Espero que por está vez el alcohol me ayude a olvidar a mis fantasmas. El tabernero al menos quedo féliz cuando pague mi cuenta.

la musica es de Rhapsody si te gusta oblivion te recomiendo que escuches sus muchas canciones a mi me recuerdan a aventuras vividas por Cyrodiil jeje
ResponderEliminarTe recomiendo: Never forgotten heroes , a rain of thousand flames, unholy warcry entre otras, por cierto pasate por el Blog para ver mi prollecto más ambicioso la guia de Shivering isles de oblivion que toy publicando poco a poco en Logros 360¡¡¡
PD: me esta enganchando tu historia¡¡¡ jeje
Un saludo¡¡¡
Atte. Jutha