Bugs

NOTA ESPECIAL:

He llegado a una instancia del juego donde necesito que un NPC me siga a cierto lugar para continuar la quest principal, pero gracias a los famosos bugs el personaje no quiere seguirme, despues de intentar de todo sigo buscando una solución al problema.

En caso de que no lo encuentre tendría que volver a empezar, otra vez, por lo que no estoy seguro de poder actualizar está historia ya que probar nuevamente un juego lleno de bugs no acaba de convencerme.

Día 5: El Fuerte Nikel

31th of Last Seed - Agosto, 3E433

La flecha rasgo mi piel a la altura del hombro y sin detenerme a averiguar de donde provenía salte sobre el riel hacia la parte inundada un nivel más abajo, a medio camino me alcanzo un rayo lanzado por el hechicero, estaría herido pero sus reflejos seguían siendo formidables. El impacto me lanzo hacia unos escalones de piedra evitando mi caída al agua por lo que el golpe me dejo sin aire. Trate de rodar para evitar el hechizo que seguramente buscaría matarme cuando alcance a ver dos flechas que se incrustaban en el pecho del hechicero, parece que "rojo" y "verde" seguían en la pelea.

Recupere un poco de aire y me arrastre hacia el agua, la parte inundada del fuerte me serviría de resguardo en lo que recuperaba un poco mis fuerzas. No se si sea posible llorar bajo el agua pero tal era mi alegría, el anillo que me había dado el pescador un dia antes me permitía respirar en el agua. Estaba felicitándome a mi misma por mi suerte cuando recordé que uno de los sobrevivientes era un Argoniano, busque la superficie lo más rápido que pude. Una pelea bajo el agua con un Argoniano es lo último que necesitaba.

Como si mis pensamientos lo hubieran invocado saliendo a la superficie pude verlo, el Argoniano no estaba en el agua, su elemento natural, estaba encaramado en una cornisa en la parte alta de la estructura. Audaz e inteligentemente permanecía semi oculto en donde nadie lo buscaría. Un tiro de flecha desde mi posición se antojaba imposible, pero los ruidos de relámpagos que se escuchaban me decían que el hechicero seguía con vida. No sería por mucho, al menos no con "rojo" y "verde" tratando de terminarlo. Esas dos arqueras eran buenas, o al menos lo suficiente para ser de las últimas cinco personas vivas que quedábamos.

La pelea había sido sin cuartel, los dos bandos discutían sin haber notado mi presencia, al parecer ambos querían el fuerte como cuartel para poder asaltar los caminos cercanos. Desde la muerte del emperador estos son casi intransitables, bandidos y saqueadores han tomado ventaja de la incertidumbre generada y tomara un tiempo para que la guardia pueda controlar la situación. Yo no tenía intenciones de intervenir en la pelea pero justo cuanto pensaba retirarme alguien descubrió mi presencia. Una sola flecha sirvió para desencadenar la batalla.

Una escaramuza a tres bandas es la mejor receta para una carnicería y está no había sido la excepción, los cuerpos regados lo confirmaban. El hechicero y el sujeto con la espada llameante habían dado cuenta de muchos por lo que una alianza sin palabras surgió entre los sobrevivientes. Primero matarlos a ellos y después decidiríamos. Sobre estas reglas no escritas pudimos eliminar la amenaza de la espada, la magia sería otra cosa totalmente. Aún así con el hechicero por un lado y las dos arqueras, el argoniano y yo en otro teníamos oportunidad de salir con vida.


Al menos eso creía pero al parecer con el espadachin muerto mi ayuda para eliminar al mago ya no era necesaria y la flecha que me habían lanzado erá la única prueba que necesitaba para darme cuenta de ello. Tres conta uno, la ventaja no estaba de mi lado, aún.

Sabía que un tiro al Argoniano erá imposible desde donde yo estaba, así que las circunstancias me obligaban a cambiar de bando nuevamente, no tenía que ser yo misma la que lo eliminara. Lanze una flecha por encima de su cabeza, no le di pero el ruido generado revelo su posición, el estupido perdio tiempo tratando de localizarme y lo peor que puedes hacer frente a un hechizero es quedarte quieto. El siguiente hechizo lo alcanzo por completo. Dos contra dos, la pelea erá mas pareja aunque no por mucho.

El mago estaba casi muerto y por un instante vi a "rojo" y a "verde", las dos lo tenían en la mira de sus arcos, sin pensarlo siquiera volví a cambiar de bando. Las tres flechas lo alcanzaron casí simultáneamente, la fuerza de los impactos se opusieron una a otra por lo que el cuerpo permaneció en su posición por un momento, sin ladearse a ningún lado hasta que finalmente se desplomo sin vida. Dos contra uno, todavía podía salir con vida.

Llame a ambas pidiendo una tregua, -solo quiero salir de aqui, grite. -por esta vez detengamos la pelea.

Las tres salimos a descubierto, armas abajo, mire a los ojos a "verde", nada, cruze la mirada con "rojo", al instante empeze a sentir el poder en la punta de mis dedos. Guarde mi arco, "verde" hizo lo mismo, "rojo" dejo el suyo en posición, el poder seguia creciendo en mis manos. Movi la cabeza negandolo.

-Esto no tiene por que ser así, le dije.

"Verde" miraba indecisa a su compañera, la mire a los ojos y ella bajo la mirada, su pelea había terminado. "Rojo" alcanzo una flecha, pero tensar un arco y lanzarla lleva tiempo. Erá rápida, tal vez demasiado y eso fue lo que le dio confianza, pensó que podía matarme antes de que yo la alcanzara con mi espada o tuviera tiempo de preparar una flecha. Estúpida. Si sigo viva no es por mi destreza con las armas ...es por mi manejo de la magia.

Dos bolas de fuego se dirigian hacia ella, la primera incinero la flecha que alcanzo a disparame, la segunda exploto en su cara aún antes de que pudiera exhalar un grito de sorpresa.

"Verde" me miraba sorprendida, no queria matarla pero por los dioses que lo haría si intentaba cualquier cosa. No lo hizo, solamente se acerco al cuerpo sin vida, tomo algo de entre sus ropas y se dirigio a la salida. La batalla finalmente había terminado.

Con el emperador muerto esto erá solo el principio, el "Amuleto de los Reyes" seguía conmigo y llegar a Chorrol ya no parecia tan sencillo.

Día 4: Un Día de Pesca

30th of Last Seed - Agosto, 3E433

No ha parado de llover desde la mañana, un presagio no muy bueno cuando empiezo mi viaje a la ciudad de Chorrol. Las indicaciones de Baurus decían que encontraría a Jauffre en la Abadía de Weynon y creo que es tiempo de cumplir la misión que me encomendó el emperador.

Antes de salir entregue la evidencia de los crímenes de Agarmir con Jensine, ella se encargara de manejarlo con las autoridades, mi recompensa fueron 100 monedas de oro y aunque no lo hice exactamente por el dinero debo decir que me siento decepcionada, de haberlo sabido me pregunto si habría intervenido. Por su parte Thoronir se mostro más generoso, su agradecimiento parecía sincero y sin pedirle nada a cambio me entrego un anillo mágico. ¿El único? buena fuera mi suerte si esa leyenda fuera cierta. Mis instintos no me fallaron ya que obviamente él si sabe hacer negocios, cualquier otro problema y no dudaría en ayudarlo nuevamente.

Si alguien llegará a leer este diario no quiero que se equivoque, no soy un paladín buscando hacer justicia y sí hago cosas no muy de acuerdo a esa imagen queden advertidos. Desilusionada de mi recompensa decidi omitir el hecho de tener las llaves de la casa de Agarmir en mi poder así que después de pedir direcciones para llegar a Chorrol y preparar mis armas y armadura hice una última parada en el Distrito de Talos. No había mucho oro pero comida y accesorios me serían de gran ayuda. Esta vez tome mis precauciones, ¡que cara pondría el guardia si me atrapaba de nuevo? afortunadamente para mi no fui descubierta así que abandone la ciudad sin mayores problemas.

Mi primera parada fue Weye, un pequeño pueblo a orillas del río, el paisaje era hermoso y después de tanto tiempo encerrada en la prisión, visitando tumbas y estructuras subterráneas eso era lo mas maravilloso que había visto en mucho tiempo, caminaba tan distraída que tropecé con un pobre viejo. Casi puedo escuchar la risa de mi maestro. En el pasado hubiera continuado mi camino sin prestar más atención pero en está ocasión me detuve a ayudarlo, gran parte de sus pertenencias yacían rotas a mitad del camino pero el buscaba afanosamente unas escamas, su oficio es pescador según me explico más adelante y un alquimista le ofrecía un excelente trato si él podía conseguirle una docena de ellas, aún le faltaban algunas pero se encontraba lesionado y no podía continuar la pesca.

¿Qué tan difícil podría ser juntar unas cuantas escamas? además el viejo me recordaba tiempos mejores. Oh, pero que equivocada estaba, el ser un gran guerrero no se compara con los oficios considerados más sencillos. Fui mordida, infectada por no se cuantas cosas y un par de esas fieras casi logran ahogarme. Doce escamas y casi doce horas para conseguirlas.

El pescador estaba feliz por lo que había hecho, al parecer el pago sería tan bueno que podría retirarse y llevar una vida más tranquila por lo que en recompensa me dio un anillo, me pregunto si este será ahora el medio habitual para agradecer la ayuda, supongo que debere de cargar algunos anillos en caso de que necesite solicitar algún favor más adelante.


Siendo ya demasiado tarde para continuar mi camino decidi pasar la noche en Weye, el pescador me recomendo con Nerussa, la encargada de la Posada Wawnet, por lo que termine el día más tranquilo que he pasado hasta ahora conversando con ella y un viejo guardia de la ciudad tomando vino en la posada, y vaya que esa mujer conoze de vinos.